Reflexiones de Ricardo E. Arosemena Callan – Director de Litigios & Arbitraje
El impacto adverso que han sufrido distintos negocios como repercusión directa a la crisis sanitaria causada por el virus infeccioso Covid-19 y sus distintas cepas o variantes, sigue latente y en evidencia cada día que transcurre. Estamos ante una readaptación a las nuevas exigencias de los mercados. Ya que más allá de los problemas económicos, logísticos, de abastecimiento, recursos humanos y legales que han causado pérdidas de negocios por incumplimiento de obligaciones contractuales, alza de precios, falta de mano de obra, reducción de personal y pérdidas de empleos, entre otros, que han implicado dificultades en el progreso o resurgimiento de negocios y empresas, situación que obligatoriamente ha conllevado a los ejecutivos y directores de empresas en todas las industrias (las afectadas en negativo y en positivo) a reinventarse y establecer nuevas formas y parámetros de control a la hora de ejecutar o realizar sus negocios. Ya sea que establezcan nuevos procesos internos, nuevas metodologías de trabajo o cualquier acción que garantice los intereses del negocio mediante nuevas directrices que fortalezcan la empresa y a su capital humano.
No obstante, y a pesar de estos nuevos mecanismos de supervivencia para adaptarse al nuevo mercado, es fundamental que detrás de cada cambio, exista una estrategia legal que ampare estas decisiones. Aquí es donde el respaldo de su equipo de abogados juega un rol valioso para estar preparado ante contingencias que en este nuevo mundo pueden surgir. Su abogado debe representar para usted y su empresa una total confianza y una ventaja sostenible para obtener resultados favorables y a la vez reducir riesgos innecesarios o pérdidas, buscando de una forma proactiva resolver los problemas de una forma costo eficiente y lo más célere posible.
Su abogado debe entender su negocio a cabalidad, y ponerse en sus zapatos para asesorarlo de acuerdo a sus necesidades o las de su empresa. La transparencia, honestidad y comunicación directa de un abogado hacia sus clientes, son cualidades elementales en la toma de decisión, de la misma forma que se considera el contar con un marco legal y comercial claro de cara a cualquier plan a futuro.
Por ejemplo, será instrumental y seguramente tendrá incidencias en el lucro presente y futuro la creatividad esbozada por el abogado y su cliente para buscar soluciones proactivas a problemas o imprevistos. De esta forma podemos convertir un cobro o una disputa contractual en nuevas oportunidades de negocios que no nos precluyan el derecho, interés o posibilidad de mantener aquellas relaciones comerciales que hoy por hoy, pueden ser complicadas o estar pasando por momentos difíciles, pero que pueden ser transformadas en nuevos negocios, manteniendo el cliente, y dejando los problemas o diferencias atrás. Para esto, es importante definir y poner en balanza el riesgo, costo y posible resultado de una demanda o disputa legal versus la preclusión de no volver a hacer negocios con aquellos terceros que, una vez recuperados, post COVID-19, no quieran a volver a hacer negocios con nuestros clientes. Así mismo, no podemos soslayar la importancia de las medidas alternas de solución de conflictos como la mediación y la conciliación e inclusive, previo a eso, una acertada negociación.
El ego, la falta de transparencia, la falta de trazabilidad de metas y que no haya una visión conjunta hacia lo que cada parte busca lograr o generar en su negocio, serán el camino a negociaciones fallidas y disputas en las cuales muy probablemente no se controlará el resultado, pues será resuelto por terceros, como jueces o árbitros, y tendrá un costo y duración indefinido o, bien, que ningún abogado pueda garantizar, máxime del roce que esto causa ante la relación de nuestro cliente y su cliente o contraparte.
Las técnicas y tácticas de negociación que muchos abogados hemos aprendido en la universidad, maestrías y libros, hoy día se han tornado sumamente importantes y el talento que evidenciemos ante estas situaciones, siempre buscando blindar a nuestros clientes y que el resultado no dependa de terceros, van a servir para ganarnos la confianza de nuestros clientes mientras resolvemos sus problemas como sus abogados de confianza.
El decálogo del abogado nos obliga a ser sinceros, proactivos y a no dilatar procesos o negociaciones mientras caminamos hacia la solución junto a usted, nuestro cliente - soluciones estratégicas que contemplen resultados para el corto, mediano y largo plazo, que permitan una recuperación económica realmente sostenible, y con esto, la continuidad a la trayectoria del camino profesional que usted y su abogado han concretado.
Comments